Política -

Juicio al 'procés'

De los Cobos: 'El uso de la fuerza el 1-O fue exquisito'

El responsable de la coordinación policial para frenar el 1-O ha explicado que "no hubo ninguna intervención contra votantes".

Diego Pérez de los Cobos, en el Tribunal Supremo. Foto: EFE.
Diego Pérez de los Cobos, en el Tribunal Supremo.
Diego Pérez de los Cobos, en el Tribunal Supremo. Foto: EFE.

Agencias | Redacción

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Euskaraz irakurri: De los Cobos: 'U-1ean indarkeria bikain erabili zuten poliziek'

El responsable de la coordinación policial para frenar el 1-O, el teniente coronel Diego Pérez de los Cobos, ha querido dejar claro que "no hubo ninguna intervención contra votantes" aquella jornada, solo contra aquellos que impedían el acceso a los colegios, pero con "un uso exquisito" de la fuerza.

De los Cobos ha comparecido este martes como testigo en el juicio del procés a petición de la Fiscalía, que considera su testimonio fundamental para apoyar el relato de violencia que exige el delito de rebelión, por su rol como coordinador sobre el terreno de Mossos d'Esquadra, Policía Nacional y Guardia Civil ante el 1-O.

Ha explicado que "no hubo ninguna intervención contra votantes" sino que solo se actuó contra aquellas personas que trataban de impedir el acceso a los locales para impedir el mandato judicial, pero siempre con un "uso exquisito de la proporcionalidad".

Y ello, ha dicho, pese a que "hubo casos en los que la situación de violencia fue muy grave", como aquellas "imágenes de un guardia civil en el suelo recibiendo una patada en la cabeza".

De los Cobos: "Hubo casos en los que la situación de violencia fue muy grave"

Además, el coronel de la Guardia Civil ha acusado a los Mossos d'Esquadra de aprovechar sus visitas a los colegios electorales los días previos a la convocatoria para informar de sus planes de actuación y dar a conocer a la población que si los centros estaban llenos o había presencia de menores y personas mayores no actuarían.

El coronel de la Benemérita ha relatado también la "difícil relación" que mantuvo siempre con el entonces jefe de los Mossos, el mayor Josep Luís Trapero y la desconfianza del Estado en que la policía autonómica fuese a cumplir con los mandatos judiciales para impedir el referéndum, algo que, según su versión, se concretó el 1-O.

Pérez de los Cobos ha dicho concretamente que conoció "con posterioridad" que las visitas que debían hacer los Mossos a los locales destinados para la votación los días previos al 1-O tuvieron "la finalidad contraria a lo que se pretendía", ya que en lugar de avisar que debían clausurarse antes de las seis de la mañana del día 1, comunicaban a los allí presentes que si no estaban desalojados a esa hora la policía autonómica tendría que intervenir salvo que los agentes se encontraran "una masa de ciudadanos que lo dificultara" porque "en ningún caso harían uso de la fuerza".

Enric Millo, exdelegado del Gobierno de España en Cataluña. Foto: EFE

Enric Millo, exdelegado del Gobierno de España en Cataluña, ha asegurado que advirtió a Carles Puigdemont de que estaba impulsando un "planteamiento suicida" con la convocatoria del referéndum en Cataluña, ante lo que el expresidente le contestó: "Yo no puedo dar marcha atrás".

Millo ha comparecido como testigo en el juicio al procés, y ha apuntado que en sus reuniones con Puigdemont se encontró enfrente una "silla vacía", porque lo único que le interesaba al expresidente era obtener el "beneplácito" para llevar a cabo el referéndum.

"Entendí que la única posibilidad de revertir (esta situación) es que él (Puigdemont) rectificara, que tuviera una fase de lucidez, pero eso lamentablemente no se produjo", ha relatado Millo, que ha testificado que ni el expresidente catalán ni su vicepresidente Oriol Junqueras estuvieron "nunca" dispuestos a dar "marcha atrás".

Millo ha destacado que en sus encuentros siempre le recordaba a Puigdemont que, como presidente de la Generalitat, su obligación era cumplir la ley y obedecer a los tribunales.

Millo intentó persuadir a Puigdemont de que abandonara su "planteamiento suicida"

"Intenté persuadirle de que era un muy mal camino", ha subrayado Millo, que siempre dejó claro a Puigdemont que no había ninguna manera de acordar un referéndum de autodeterminación, porque de la soberanía nacional no había posibilidad de "negociar nada".

En contraposición con la versión de los dirigentes independentistas juzgados en el Supremo, que denunciaron que se encontraron una "silla vacía" cuando intentaron dialogar con el Gobierno, Millo ha replicado que era él quien se encontraba una "silla vacía" cuando se reunía con Puigdemont.

"No me daba respuesta a nada que no fuera permitir la comisión de un acto ilegal", ha recordado Millo, que ha insistido que Puigdemont nunca ocultó que su objetivo era el referéndum, ya que le contaba que tenía un "mandato democrático" para llevar a cabo la hoja de ruta para declarar la independencia.

Millo intentó persuadir a Puigdemont de que abandonara su "planteamiento suicida", ya que estaba convencido de que iba a facturar y dividir a la sociedad y crear problemas de convivencia en Cataluña. Pero según ha lamentado, Puigdemont siempre le decía que no iba a poder hacer ninguna otra que no fuese convocar el referéndum.

De hecho, en uno de sus últimos encuentros, en una cena empresarial el 6 de junio, Millo insistió a Puigdemont que no convocara el referéndum, ante lo que éste le contestó de forma tajante: "Yo no puedo dar marcha atrás, tengo a las fuerzas parlamentarias que me apoyan ahí (impulsando el referéndum), no veo manera... yo voy a convocar el referéndum y después seguimos hablando".

Millo advirtió entonces a Puigdemont de que convocar el referéndum supondría un "punto de inflexión prácticamente irreversible", si bien Puigdemont convocó días después la consulta.

"La trampa del Fairy"

Millo también ha enumerado numerosos episodios de violencia que cree que hubo en el "procés", desde las pintadas "Millo muerte" que tuvo que limpiar su hija hasta la "trampa del Fairy" que sufrieron el 1-O los policías para que resbalaran y pudieran ser pateados.

Según ha denunciado el exdelegado, la "trampa del Fairy" consistió en que los activistas independentistas que protegían los puntos de votación arrojaron este detergente en la puerta del centro para que, a la llegada de los agentes, éstos resbalaran y cayeran al suelo y luego les pudieran patear en la cabeza.

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