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Pablo González

Goiriena: "No puedo entender cómo se puede apoyar que yo no pueda hablar con mi marido"

La esposa de Pablo González ha explicado en el Parlamento Vasco que siguen sin poder comunicarse directamente con el periodista. Ha agradecido la labor del cónsul y ha pedido explicaciones al Gobierno español.

Oihana Goiriena, hoy en el Parlamento Vasco. EITB.
Oihana Goiriena, hoy en el Parlamento Vasco. EITB.
Oihana Goiriena pide al Gobierno español más comunicación sobre las gestiones en torno a Pablo González

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O. P. | EITB Media

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Euskaraz irakurri: Goiriena: "Ezin dut ulertu nola babes daitekeen nik senarrarekin ezin hitz egitea"

La esposa del periodista Pablo González, Oihana Goiriena, y el abogado Gonzalo Boyé han comparecido hoy en el Parlamento Vasco ante la Comisión de Asuntos Europeos y Acción Exterior para informar sobre la situación del reportero, detenido desde el 28 de febrero en Polonia bajo la acusación de espiar para Rusia. 

Tras agradecer al Parlamento Vasco la invitación y la declaración aprobada por PNV, EH Bildu, PSE-EE y Elkarrekin Podemos el pasado 26 de mayo, para denunciar el uso desproporcionado de la prisión provisional contra el periodista, Oihana Goiriena ha informado que, tras cuatro meses desde la detención de su marido, la situación sigue siendo la misma para la familia "seguimos sin poder comunicarnos directamente con él, mis hijos siguen sin poder hablar con su padre". 

Según ha explicado Goiriena, las excusas o razones para negar dicha comunicación han variado durante estos meses. Si al principio, el cónsul de España en Polonia le transmitía que la burocracia era muy lenta en Polonia, y el abogado polaco de González le sugería que quizás era porque ella misma podía estar también implicada, ahora, la dificultad viene, según Goiriena, porque no se dispone de traducción simultánea polaco-español. "Es absurdo y escandaloso, porque medios tecnológicos hay, lo que falta es voluntad política, y eso sí es denunciable", ha asegurado Goiriena.

Ha recalcado el trabajo y la atención recibida por parte del cónsul durante estos meses, que, si bien, "al principio se limitaba a cumplir con sus funciones de gestionar las solicitudes o las citas", con el paso del tiempo y a la vista del bloqueo en el caso, "se lo ha tomado como una cuestión personal" y está haciendo de mediador entre el periodista y la familia. "Me mantiene informada de todo y me comunica de forma directa e instantánea de cómo está Pablo, en cuanto sale de estar con él me lo comunica y eso es de agradecer, es de gran ayuda. Es la única vía de comunicación directa y fidedigna que tengo". El cónsul han mantenido hasta ahora tres encuentros con González, el último el 17 de mayo, por lo que Goiriena espera que pronto haya un nuevo encuentro. 

La esposa del periodista ha señalado que la única brizna de luz son las dos cartas que ha recibido por parte de su marido, aunque la comunicación viene con dos meses de retraso; ya que las cartas están fechadas en abril pero llegaron a principios de junio. 

Sobre el abogado polaco de Pablo González, Bartosz Rogala, Goriena ha explicado que se comunican cada semana, pero que la comunicación "no resulta muy fluida" y tampoco puede darle detalles sobre el caso, "porque tiene prohibido hablar de ello". 

Goiriena ha reprochado al Gobierno español no darle ninguna explicación. "Entiendo que estén realizando trabajos diplomáticos discretos, pero el único mensaje que hemos recibido, por parte de los medios de comunicación, es que España apoya la decisión polaca. Y yo no puedo entender cómo pueden apoyar que yo no pueda hablar con mi marido". Goiriena cree que la situación bien merece una explicación: "Aunque sea de forma privada, secreta y con toda la discreción del mundo, merezco una explicación de lo que ha hecho el Estado, lo que puedo esperar o la respuesta que han recibido por parte de Polonia", ha señalado. 

Ha asegurado que, según la información que le ha trasladado el cónsul, Pablo González se encuentra bien de salud a pesar de haber perdido 20 kilos, hace deporte, escribe y está "optimista" y, aunque es consciente de que puede estar dos años esperando un juicio, lo afronta "con energía".

El abogado Gonzalo Boyé ha insistido, en su breve intervención, en que la situación de Pablo González "no cumple con ninguno de los requisitos establecidos por la Unión Europea para considerarse un proceso con las debidas garantías". Ha recalcado que "la situación es totalmente anómala" y he reprochado al Gobierno español, su "falta de interés, preocupación y actividad" para garantizar los derechos de González. 

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