Sociedad -
En el Vaticano
Arranca la cumbre antipederastia sin precedentes en el Vaticano
Obispos de todo el mundo se reúnen durante cuatro días en Roma para abordar los miles de casos de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes y religiosos.
Agencias | Redacción
Euskaraz irakurri: Aurrekaririk gabeko pederastiaren kontrako gailurra abian, Vatikanoan
El Vaticano acoge desde hoy una cumbre antipederastia sin precedentes, que reúne a los presidentes de todas las Conferencias Episcopales del mundo, incluido el español Ricardo Blázquez, para abordar junto al papa Francisco los casos de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes y religiosos.
Francisco pretende implantar un protocolo de actuación común en todos los obispados del mundo para prevenir estos abusos y acabar con el encubrimiento. Según estimaciones de las asociaciones de víctimas —con datos de comisiones de investigación estatales y eclesiales—, podrían ser entre 50.000 y 100.000 menores los que han sufrido maltrato físico y sexual en instituciones católicas en el mundo. En el Estado español, ni la Conferencia Episcopal ni el Estado recopilan esta información.
Las sesiones de trabajo de la cumbre antipederastia del Vaticano ha comenzado hoy mismo, y en todas ellas estará presente Francisco. También estarán presentes 10 mujeres en representación de las órdenes religiosas femeninas, además de dos funcionarias del Vaticano. En total habrá 160 participantes. Además, participarán algunas víctimas que contarán en primera persona su historia de abusos.
Ante el encubrimiento por parte de las jerarquías que se han probado en muchos casos como en Boston (EE. UU.), Irlanda, Ballarat (Australia) o Chile, gran parte de los trabajos tendrán como objetivo enseñar a los obispos los métodos y procedimientos que tienen en su mano para denunciar estos delitos.
El sacerdote Hans Zollner, uno de los principales organizadores de la cumbre, ha puesto el ejemplo de la desilusión que ha generado entre los católicos de EE.UU. los recientes casos de pederastia como el del excardenal estadounidense Theodore McCarrick o el informe de la Corte Suprema de Pensilvania (EE.UU.), que reveló que más de 300 sacerdotes abusaron de niños durante las últimas siete décadas. También se ha referido a las revelaciones de la Iglesia católica alemana que documentaron que entre 1946 y 2014 se contabilizaron un total de 3.677 casos de abusos sexuales a niños.
Las Conferencias deberían haberse reunido con las víctimas
Por su parte, el exportavoz del Vaticano y encargado de moderar la cumbre antipederastia, el padre Federico Lombardi, ha indicado que sería "extraño" que determinadas conferencias episcopales todavía no se hubieran dado cuenta de la "gravedad" del problema de los abusos a menores y ha subrayado que la respuesta que ofrezcan a esta crisis será "un test de credibilidad para la Iglesia".
También ha insistido en la importancia de que los obispos lleguen a la cumbre de la próxima semana con los deberes hechos, es decir, habiéndose reunido con víctimas de abusos por parte de sacerdotes en sus respectivos países, tal y como les encargó el papa.
La Conferencia Episcopal Española dijo en su momento que no iba a dar cuenta de esas reuniones con víctimas, aunque el secretario general de la Conferencia Episcopal (CEE) y obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, afirmó a comienzos de este mes de febrero que la Iglesia está manteniendo "encuentros personales" con algunas de las víctimas por abusos sexuales. No obstante, el primer denunciante del caso Montserrat, Miguel Hurtado ha asegurado que los obispos españoles "no se han reunido" con él ni con las víctimas más mediáticas.
Protestas
En paralelo a la cumbre del Vaticano, la red Ending Clergy Abuse (ECA) ha movilizado a unas 40 víctimas de estos abusos, entre ellas, dos desl Estado, para darse cita en Roma, contar sus casos en ruedas de prensa, llevar a cabo acciones de protesta y demandar a la Santa Sede que implemente las recomendaciones que les dio en 2014 el Comité de la ONU sobre Derechos del Niño.
Miembros de esta red considera que se trata de una "una cumbre cosmética" pues creen que "en cuatro días no se puede conseguir mucho". "Si el Papa se tomara en serio el tema de los abusos en la Iglesia hubiera organizado un Sínodo que durara dos o tres semanas", ha asegurado.
Aunque desde el Vaticano dejan claro que el foco de este encuentro es la protección de los menores, será inevitable que también se hable de los abusos a religiosas por parte del clero. Desde la organización del encuentro reconocen que si en este encuentro se llega a un cambio de actitud, "esto también tendrá repercusiones sobre la violencia contra las mujeres y, en particular, las consagradas".